Saltimbanquin de Amanalco

El saltimbanquin es un término que se utiliza para calificar a los políticos que andan de partido en partido, vendiendo al mejor postor su liderazgo y obtener de esa manera, prebendas y beneficios personales y de grupo; pero a veces, también puede traer graves consecuencias. Como ejemplo, muchos, pero el mas reciente, es el de Amanalco.

La mayoría de amanalquenses se dijeron decepcionados del gobierno morenista que acaba de terminar su gestión, y en las elecciones del 6 de junio, decidieron darle su voto de confianza, por primera vez, a Movimiento Ciudadano, encabezado, además, por una joven mujer: María Elena Martínez Robles.

Fue muy fácil ganarle a Morena, la gente no quería más a este partido político. Cuál fue su sorpresa que la joven promesa por la que apostaron, más tardó en recibir su carta de mayoría, que ella en anunciar que abandonaba al partido naranja que la llevó al triunfo. La segunda semana de octubre del año pasado, colgada del brazo de la senadora y delegada de Morena en Edomex, Martha Guerrero, María Elena anunció que se sumaba al partido guinda.

Con esta acción, sepultó la decisión de sus votantes de sacar a ese gobierno del palacio municipal y por su puesto que los hizo enojar mucho.

Fue el inicio de la ingobernabilidad que vive hoy Amanalco; ese pequeño y pintoresco municipio del sur del Estado de México, vecino de Valle de Bravo. Hoy, a más de un mes del cambio de gobierno, no ha podido entrar en funciones como se debe; los servidores públicos, quienes por supuesto, cuidan su trabajo; laboran incluso fuera de las oficinas.

Pero que quede claro, que la señorita sea saltimbanquin -porque puede y porque nada se lo prohíbe- y no sabemos qué le hayan ofrecido, no justifica la violencia en su contra; es una mujer que se merece respeto; el mismo, por cierto, que merece el voto del pueblo.

Aquí hay faltas de respeto de ambos bandos y alguien debe ponerlos en orden, porque al parecer la violencia sigue escalando. Ayer hubo, dicen cuatro heridos graves y 28 lesionados.

Hay formas políticas para llegar a una solución y evitar más conflictos. La violencia trae más violencia.

También se cuestiona el actuar de Gobierno mexiquense, que no ha hecho nada sobre el tema; por lo menos eso dice Morena; que el secretario de Gobierno, Ernesto Álvarez Nemer ha dejado avanzar la situación, y hasta temen que pronto haya muertos.

Ayer simplemente, las redes sociales se llenaron de videos entre enfrentamientos de ambos bandos y dejan a los trabajadores en medio, con el miedo de perder sus puestos y el sustento de sus familias.

¿Y qué hay del pueblo? También está en medio y no pueden hacer sus trámites o recibir el servicio obligación del ayuntamiento. Y todo por voltear bandera ¿Verdad alcaldesa?

Yo creo que este tipo de situaciones se deberían evitar con una Ley electoral desde el árbitro, o sea el IEEM, quien debería poner candados para evitar que representantes populares electos, no puedan cambiar de bando a su gusto, ante el coqueteo de los otros partidos por sumar espacios.

También ha sucedido con diputados -aunque no en esta legislatura, todavía- que obtienen una qurul para el partido que representan y ya adentro, se suman a otra bancada, dejando al partido que los catapultó sin representatividad.

Es un tema muy añejo que ya se deberían regular. Si el espacio lo ganó Movimiento Ciudadano, en el caso de Amanalco, y a la alcaldesa ya no le gusta, pues que entre el suplente del mismo partido. La renuncia al partido que ganó, debería significar la renuncia al puesto que le dio.

Lo mismo debería aplicar en el caso de la Legislatura local, en la cual, seguramente veremos uno que otro caso, aunque no creo que tan violento como lo es Amanalco de Becerra. Por el bien de los amanalquenses, ojalá y alguien ponga fin a esta situación.

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