Pueden experimentar llanto, enojo, miedo y tristeza en su regreso a clases presenciales
Derivado de experiencias de aislamiento, pérdida de familiares o confrontación a situaciones de violencia intrafamiliar vividas durante el confinamiento por la pandemia de la Covid-19, niños, adolescentes y jóvenes de entre 12 y 18 años, pueden experimentar llanto, tristeza, enojo, miedo o ira, en su regreso a la actividad presencial.
El integrante del área de Psicología Clínica de la Clínica Multidisciplinaria de Salud de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Diego Noé Pineda Juárez, explicó que estas expresiones son normales y necesarias para jóvenes que no saben cómo manejar sus emociones tras un largo confinamiento y la exigencia de regresar a la cotidianidad académica.
“Todas estas expresiones emocionales se pueden presentar en los alumnos al momento de regresar y sí lo hemos notado con algunos pacientes que nos dicen que en medio de la clase les dieron ganas de llorar o que les molestó un compañero que se acercó de más”, describió.
Adultos que los rodean, deben apoyar la salud mental de jóvenes en el retorno a la presencialidad
En ese sentido, sugirió a docentes, amigos y personas que se encuentren cerca de un adolescente o joven que esté pasando por este tipo de crisis, brindar apoyo y empatía a sus emociones y, sobre todo, validarlas otorgándole tiempo para escucharlo y dejar que se desahogue.
Pineda Juárez detalló que en la mayoría de los casos lo que necesitan es descargar el cúmulo de emociones que tienen, hablar y ser escuchados para regresar a un equilibrio emocional.
Asimismo, indicó que estas expresiones emocionales se dan en un contexto de adaptarse rápidamente a dinámicas académicas, primero a clases virtuales y ahora a presenciales después de dos años, lo que los puede hacer sentir abrumados y con ansiedad, sobre todo cuando hay un cambio de grado de nivel de estudios.
“Cuando una persona se encuentra en un escenario en que se requiere de un apoyo a la salud emocional, lo más importante es escuchar la necesidad que tiene; a veces el simple hecho de estar ahí y que la persona tenga un espacio seguro para mostrarse, hablar, sentirse vulnerable, es suficiente. No tenemos que darle ninguna solución o buscar posibles respuestas, porque esta expresión emocional es precisamente mostrar cómo nos sentimos; y a veces esa es la descarga que necesitamos en el momento”, dijo el psicólogo universitario.
Sólo hay que escuchar, no dar soluciones
Reiteró que la persona que escucha no debe sentirse responsable de dar respuestas, pero sí de observar y sugerir, de ser necesario, que haya apoyo de un psicólogo o especialistas.
TE SUGERIMOS Abiertas preinscripciones de la UAEM 2022
Recomendaciones a profesores para cuidar la salud mental de sus alumnos
“Hay que preguntar siempre, ¿necesitas que te escuche?; ¿necesitas que te acompañe?,;¿necesitas salirte un momento del salón de clases? Siempre validar mucho las expresiones emocionales porque para muchas personas va a ser difícil. No todos tenemos las mismas capacidades; entonces si algún estudiante quiere salirse o empieza llorar, siempre validar y ser muy empáticos”, recomendó.
El universitario sugirió a las personas acudir periódicamente al psicólogo, lo cual debe ser una actividad voluntaria que ayuda a mantener un estado de salud mental óptimo debido a que es un espacio seguro donde las personas se pueden escuchar sin ser juzgados.