La travesía de Andrés Manuel López Obrador rumbo a Acapulco

Comunicación XXI
28.10.23 11:46 PM Comentario(s)

Ana Liza en línea
​Por Mariel Álvarez Sánchez
*Primera vez que AMLO asistía a la zona de desastre y llegó 11 horas después
*¿Y el Fonden?

La furia del huracán Otis, además de dejar 39 muertos oficiales, miles de personas sin absolutamente nada más que la ropa que llevaban puesta y 10 desaparecidos; ha impactado al gobierno federal presidido por Andrés Manuel López Obrador. Evidenció una ineficiencia e ineficacia total de los gobiernos municipal, estatal y federal, pero además, una total ausencia de sensibilidad.

Si bien es cierto que Otis ha sido un fenómeno impredecible que pasó de huracán categoría uno a 5, la máxima peligrosidad de los huracanes en el mundo, en tan solo una hora, lo que redujo el tiempo de llegada en casi 4 horas -se esperaba que llegara muy temprano a las 4 de la mañana y apareció pasada la medianoche-; el tiempo de respuesta gubernamental simplemente fue risible.

as cifreas oficiales de los daños que manejan a los gobiernos, insultan a quienes están viviendo la pesadilla en los devastados municipios de a costa de Guerrero, Acapulco y Coyuca de Benitez, entre los más afectados. Se habla de 39 fallecidos, pero testimonios de los afectados asegura que son cientos, pues hay muchos cuerpos atrapados entre los derrumbes de os casas que aún no sido localizados.

También se miran cuerpos en as calles, aseguran que murieron 16 pacientes del hospita del IMSS, aunque cifras oficiales señalan que no pasó tal cosa.

Lo risibe es que el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha tenido el tacto, durante los más de 5 años de gobierno, de asistir a la zona del desastre. Pues esta vez sí tuvo la intención de hacerlo, pero lo hizo mal.

El primer aviso de alerta para todo el mundo fue que había deslaves, ríos desbordados y carreteras destruidas e intransitables y por lo tanto cerradas. ¿Y qué hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador? Ordenó que lo llevaran, por primera vez en su administración, a la zona de desastre. Pero lejos de quedar bien, fue terriblemente criticado, ya que el presidente considerado antitecnología, llegó 11 horas después a su destino, miró a su alrededor y se regresó a la Ciudad de México.

Si ensució sus zapatos y puso a los soldados, que debieron estar ocupados atendiendo a los afectados, como se dice coloquialmente "a parir chayotes" tratando de hacer milagros para que el presidente de México pudiera pasar, ante el riesgo que eso significaba, pues aún podría haber derrumbes debido al exceso de lluvia y aire. Bajó de su camioneta que no podía pasar y subió a un todo terreno del Ejército que apenas si avanzó 100 metros cuando se atascó.

No bueno, el hazme reír mundial, memes, burlas, críticas y demás le llovieron al presidente de México, además de que, cuando logró llegar, le llovieron reclamos directos sobre la ineficiencia de su gobierno por no avisar de la magnitud del monstruoso huracán que se avecinaba. Debieron abrir los albergues en sitios seguros y evacuar a los que estaban en las zonas más peligrosas; debieron avisar a los turistas que vivieron, seguramente, las peores vacaciones de su vida. No hubo nada de esto.

Pero es la palabra del presidente contra la de los afectados, él dice que sí se les avisó con tiempo; debo decir, que la devastación de Acapulco fue una sorpresa para todo el mundo, pues nadie se lo esperaba porque no se escuchó advertencia alguna.

Las críticas llovieron y aquí sí, sus "adversarios", como él los llama, capitalizaron su gran, peligroso y hasta cruel error; pues mientras en las calles de Acapulco, Coyuca de Benítez y otros municipios había cuerpos tirados, miles de personas sin luz, agua, comida y comunicaciones caídas, además de una total rapiña; el presidente prefirió desafiar a la naturaleza para llegar al puerto, cuando hubiera podido esperar un poco y llegar por aire; tal vez en 5 horas, pero no en 11.

La situación de Acapulco es verdaderamente caótica; impera el desgobierno gracias a la ausencia de sus autoridades municipaes y locales; ahora son los cuerpos de seguridad, el Ejército y la Guardia Nacional los que hcen presencia. Se dio a conocer que el 80 por ciento de los edificios, incluyendo lujosos hoteles de gran turismo como el Vidanta o el famoso Princess, fueron totalmente devastados. ¿Qué se puede esperar de las casas en zonas populares como El Renacimiento, que no tenían ni puertas ni ventanas, solo unas cortinas para mantener su privacidad?

Reporteros de diferentes medios de comunicación, que sí pudieron llegar a la zona del desastre, reportan cosas terribles, a diferencia de las dependencias de gobierno que incluso dijeron, en un principio, que no hubo pérdida de vidas humanas.

El presidente toma el mocrófono pero para defenderse; acusa a los medios de comunicación que hacen su trabajo evidenciando la situación de alarma que viven ahora los damnificados -que incluso se están matando por agua o gasolina, según sus mismo testimonios- de estar manipulando la información "con sus reporteros estrella", según sus propias palabras. Muy lamentable. Fuerza acapulqueños; la ayuda fluye y esperemos que mañana ya la estén recibiendo y termine su lucha por la sobrevivencia.

¿Y el Fonden?

Pues bien, este mortal desastre natural representa también un gran golpe a las decisiones que el gobierno de Andrés Manuel ha tomado, como la desaparición del Fondo de Emergencia Nacional, FONDEN, que desapareció en julio de 2021 porque, según el presidente, era un presupuesto cuyo manejo se prestaba a la corrupción debido a su manejo inmediato y sin tantos requisitos, ya que se trataba de una emergencia.

Y sí, si ocurría una desgracia, el dinero no tenía que pasar por tantas aprobaciones ni verificaciones; se asignaba de inmediato al apoyo de los damnificados, así como a la reconstrucción de infraestructura pública, como comunicaciones y carreteras, entre otros.

Ahora se le reprocha su decisión porque no habrá dinero que alcance para apoyar a los afectados; Andrés Manuel López Obrador dijo que sí hay dinero, poco más de 15 mil millones de pesos para ser exactos, para este fin, pero debe pasar por varios filtros para garantizar que efectivamente llegue a quienes lo necesitan. Lástima que los afectados no tengan tiempo de esperar.

Por cierto, aquí de especuladora, casualmente fueron 15 mil millones de pesos los que le quitó a los trabajadores del Poder Judicial de la Federación al desaparecer los 13 fideicomisos históricos, tema que por cierto tenía toda la atención de mandatario mientras el huracán Otis devastaba las costas de Guerrero.

Pues ahora sí, el mandatario tiene en su mano el poder de callar bocas y lograr apoyar a los miles de damnificados guerrerenses, porque no solo es Acapulco, es lo que está en la mirada del mundo debido a su importancia turística, pero la devastación abarca a todas las comunidades ubicadas a lo largo de 500 kilómetros de litoral.

Indudablemente este evento extraordinario saca lo mejor y lo peor de algunas personas; muchas buscan beneficiarse de esta desgracia a través de la rapiña, otros piden apoyos para los damnificados y se quedan con ellos; ya hemos visto cómo se han evidenciado ventas de productos que fueron donados para los afectados.

Aquí aclaro, casi toda la ayuda humanitaria que llega a los damnificados, es producto de donaciones de vecinos como tu y como yo, así como organizaciones civiles, que quede claro que no sale de los recursos de los gobiernos; digo, por aquello de que agunos se quieran colgar medallitas que no les corresponden.

Es una lástima que la sociedad cada vez tenga más desconfianza en las autoridades y benefactores debido a la inmensa corrupción que envuelve el país, y que por más que sea la lucha del presidente -acabar con la corrupción-, según su creencia, cada vez está peor.

Esperemos que los buenos sean más y que las familias afectadas por Otis reciban pronta y suficiente ayuda, pues los que no perdieron la vida y a sus seres queridos, se quedaron absolutamente con nada; ni casa, ni propiedades, ni trabajo, ni esperanza, al grado de que muchos hubieran preferido morir a enfrentar esta lucha por la sobrevivencia. Elos mismos aseguran que es la peor desgracia que han vivido en la zona; peor que otros fuertes huracanes como Gilberto o de los fuertes sismos por los que han pasado.

Y para terminar, si hay avisos de que las carreteras están cerradas, no seamos impertinentes tratando de pasar y causar más problemas de los que ya hay; atendamos las recomendaciones de nuestras autoridades y no nos pongamos en peligro; seguimos en temporada de huracanes.