Radiografía de una toma domiciliaria de prueba COVID-19 en Toluca por brigada de ISEM

Comunicación XXI
03.05.20 10:38 PM Comentario(s)

Ana Liza en línea
Por Mariel Álvarez Sánchez

Con la autorización del paciente, tuve acceso a la aplicación de esta prueba para documentar la seguridad con la que trabajan los brigadistas del ISEM y el resguardo siempre de la privacidad del sospechoso.


Los brigadistas: Dos brigadas en Toluca y Metepec integradas por una médico y un químico en cada una. 30 servicios por día cada una.

Los materiales de protección: 2 batas desechables, dos pares de botas desechables, 4 pares de guantes desechables, 2 cubre bocas N95 desechables y mucha cinta adhesiva a la basura, además de mucho alcohol desinfectante por visita domiciliaria.

El proceso: Llegada a las 11:45 am en autos particulares y batas normales para no llamar la atención. Un auto ingresa de preferencia a un área lejana de los curiosos para evitar que los sospechosos sean identificados y puedan recibir agresiones o actitudes discriminatorias de parte de los vecinos.
Ya en el interior, “Rosa” la médico y “Alan” el químico, abren la cajuela del auto y minuciosamente se colocan mucho alcohol, unos guantes, cinta adhesiva para sellarlos sobre la ropa. Otros guantes, mucho alcohol, una bata desechable, mucho alcohol, mucho alcohol sobre sus zapatos y unas bolsas desechables para cubrirlos, más alcohol.
Unos lentes protectores sobre sus ojos, alcohol, un cubre bocas N95 y más alcohol, una mascarilla completa y después el otro compañero se prepara igual.
Sacan una caja del auto donde vienen las pruebas, alcohol en las superficies donde la depositan y por si las dudas más alcohol…
El sospechoso espera en una silla a que las pruebas les sean tomadas por esas 2 personas sin rostro.


“Roque” tiene 10 días enfermo, el piensa que se trata de una simple gripa, pero al pasar de los días se ha sentido más mal. Tiene tos, aunque un poco flemosa y dolor de cuerpo, pero anoche rebasó los 39 grados de fiebre y el paracetamol no logró reducirla.


A la una de la mañana ha hecho una llamada al teléfono de emergencia 8009003200 y lo han mandado a bañar con agua tibia casi fría y le aseguraron que lo estarán monitoreando.


Es domingo, pero la brigada toma pruebas se ha comunicado con él para irle a tomar la prueba. “Hay muchos que tienen síntomas leves y dan positivo”, asegura la médica. En este caso, la fiebre fue el detonante para considerarlo sospechoso.


El químico prepara el hisopo y se lo entrega a la médico quien le pide al paciente no moverse “será un poco molesto” abre la boca e ingresa el hisopo para raspar las amígdalas. Roque intenta controlarse pero tose constantemente en cuanto el hisopo le toca la campanilla, después de unos segundos finalmente lo logra.
“Ahora si le voy a pedir que no se mueva porque lo puedo lastimar”, le dice la doctora en tanto ingresa un hisopo largo en una fosa nasal, lo más profundo que se puede. Roque trata de aguantar pero no lo logra y se mueve. La doctora se detiene en tanto se queda quieto e introduce un poco más.


“Rosa” ha terminado de tomar las pruebas y le pide a “Roque” se coloque otra vez el cubre bocas; pasa las pruebas al químico que consulta su nombre una vez más para pegar la etiqueta en el frasco donde las ha colocado y le dice que puede retirarse en lo que ellos hacen la desinfección personal para poder retirarse. Le dicen que los resultados estarán dentro de 2 o tres días y que alguien se comunicará con él.


La retirada: Después de guardar cuidadosamente todo el material y pruebas en la caja refrigerada, la bañan de alcohol y la ingresan en la cajuela del auto, sacan 2 bolsas pequeñas y comienza un ritual de desinfección.


Primero “Rosa” pone sus manos con guantes y “Alan” la rocía con alcohol, se quita cuidadosamente un guante enrollándolo y lo deposita en una bolsa y después hace lo mismo con el otro guante. Pone nuevamente las manos y es nuevamente rociada con alcohol, se retira la bata desechable y la enrolla a revés y la deposita en la misma bolsa.


Recibe otro baño de alcohol, le da la espalda a su compañero y levanta un pie y después el otro para que también la llene de alcohol y después se quita uno a uno los protectores de su calzado enrollándolos al revés y depositándolos en la bolsa.


Se quita la careta transparente y la llenan de alcohol por dentro y por fuera; esta va a otra bolsa ya que podrá ser desinfectada con una solución de cloro y podrá volverse a usar ya esterilizada. Más alcohol a sus manos y se quita el cubre bocas N95 que va a la bolsa de la basura, se quita los lentes protectores y los bañan de alcohol para depositar en la bolsa de artículos que desinfectarán.


Más alcohol y quita la cinta adhesiva que pega los guantes a sus brazos para evitar filtraciones y después se quita el otro par de guantes y van a la basura. Rosa está lista, ahora toma la botella del alcohol que previamente fue bañada en alcohol para hacer lo mismo pero ahora con su compañero.


20 minutos después de su llegada al domicilio, están listos para retirarse, él sale a su auto que dejó en la calle y ella sube al suyo que estaba dentro, no sin antes poner alcohol en cada pie que sube al vehículo y de nuevo a sus manos desnudas ya.


La prueba se ha tomado, ahora van a otro domicilio. Asegura que se ellos toman alrededor de 30 diariamente…

**El nombre de los brigadistas y el paciente, son ficticios para proteger su privacidad en todo momento.