Lo que no se aprendió de otras pandemias: COVID y la peste negra

Comunicación XXI
18.08.20 11:33 PM Comentario(s)

Nada nuevo, las enfermedades evolucionan
Rogelio P. Álvarez

No es algo nuevo el brote de enfermedades evolucionadas que resultan en grandes cantidades de muertos, sin embargo, podía parecer que debido los avances tecnológicos y a la interconectividad el mundo está más unido que nunca, trayendo consigo un contexto sumamente globalizado en el cual la propagación de un virus sería difícil de controlar.

La realidad es que la actual pandemia de COVID-19 tiene una baja tasa de mortalidad, en especial en comparación con otras pandemias más catastróficas para el ser humano en el pasado, como la peste negra que trajo consigo cerca de 200 millones de muertos alrededor del mundo, incluso en aquellos tiempos, el contacto con otras civilizaciones o países ya existía y complicaba la situación.

El contexto de esa época se remonta a Europa del siglo XIV, edad media con monarquías y jerarquías sociales, amplias brechas entre sectores de la población e información limitada y restringida además de las carencias tecnológicas para explicar que estaba ocurriendo con los enfermos. La gente buscaba una explicación, los científicos trataban de alertar lo poco que habían observado pero las masas vinculaban la brujería y la religión a la peste que estaba asesinándolos.

Las consecuencias de una pandemia tenían alcance global, incluso en el siglo XIV, debido a la existencia del comercio. Eurasia fue afectada pero llegó también por embarcaciones, tales tenían ciertos protocolos de higiene para tratar de evitar una posible propagación de la plaga. Se estima que en Inglaterra la peste negra mató a cerca de la mitad de la población.

En cuanto a la situación mundial, se contuvo a la peste negra en Europa lo más que se pudo, pero las limitaciones en productos desinfectantes, avances científicos y malas costumbres higiénicas provocó desinformación que en comparación con la actualidad, todavía existe y se utilizan los medios para propagarla, pero también hay mejor acceso a información corroborada que permite informar a la ciudadanía.

De un suceso histórico como tal, se observa la importancia de una distribución de recursos variada y justa para reformar la estructura del sistema y que sea adaptable para los sectores que pueden sufrir caídas fuertes, ya sean ocasionadas por una pandemia o no.  

Otro aspecto importante es observar las dificultades que representa una cuarentena para la población y buscar nuevas alternativas que permitan una vida digna en lugar de tratar de regresar todo a como estaba antes, pues en el pasado las pandemias con grandes cantidades de muertos resultan en una vida más aterradora, pero de mejor calidad que permite progreso social.

En conclusión, se encuentran similitudes en la falta de información para los sectores pobres, poco entendimiento de la situación por parte de ciertos gobiernos que buscan continuar con la estructura económica a pesar de los impactos negativos en la población y complejidad al intentar evitar la propagación del virus que parece haber empeorado debido a la facilidad para salir del país de origen.

-Rogelio P. Alvarez